"FUE ENTONCES EL MOMENTO EN EL QUE YO ME DI CUENTA QUE DEBÍA VALORARME MÁS Y VELAR POR EL BIENE

A la edad de 20 años me casé con la ilusión de ser feliz, de formar un hogar con el príncipe que soñaba, donde reinara el amor, la dicha, y la felicidad. Pero... no fue así, después de un año de casada y de nacer mi primer hijo, vino el desencanto, la tristeza y la desilusión, porque todo lo que imaginé y pensé tener en mi hogar, desapareció rápidamente. Pasó el primer año de matrimonio, nació mi primer hijo, y yo comencé a experimentar ultrajes verbales, agresiones físicas y maltratos psicológicos por parte de mi esposo. Dos años después llega mi segundo hijo y los problemas seguían igual o aún peores, yo opté por refugiarme en el amor de mis hijos, pero la amargura, el dolor y la angustia invadían mi vida cada vez más.​

Así transcurrió mi vida por más de 20 años, hasta que un buen día alguien me compartió del amor incondicional que nos da quien nos creo; fue entonces el momento en el que yo me di cuenta que debía valorarme más y velar por mi bienestar personal y el de mis hijos... quería separarme. Yo ya estaba decidida a dejarlo y llevarme a los niños, cuando un día para mi sorpresa, mi esposo llegó diferente, sus ojos estaban rojos, me pedía que no me fuera, luego empezó a llorar y a pedirme perdón. Yo me uní a su llanto y lo perdoné. En ese momento mi familia y amigos me tildaban de ingenua, sin embargo lo que vi en sus ojos en ese momento me convenció; logré ver su arrepentimiento.

Hoy en día compartimos una felicidad incalculable de la mano de nuestro creador, vivimos agradecidos por nuestros dos hijos, las dos nueras y las cuatro nietas, pero más que todo sabemos que al lado tenemos un lugar donde alberganros y encontrar calma sin importar las circunstancias. No voy a decir que fue fácil, pero vale la pena; así como mi vida fue transformada y pudo pasar de ser un infierno a una vida llena de felicidad y amor, así también, cualquier pareja que lea este mensaje lo puede hacer si reconocen que existe un Dios y se dejan guíar por él.​